Santos
El gran error de la democracia cristiana radica en creer que el pactismo es la única vía para el poder. El pactismo forma parte de la esencia del socialcristianismo, por el carácter ecuménico de sus principios fundacionales. Sin embargo, el abuso, la exageración del pactismo, provoca la destrucción de otros principios, tan o más importantes, porque unirse políticamente a movimientos o liderazgos indefendibles no solo es un error de cálculo. Con frecuencia, equivale a la autodestrucción.
Es por eso que el PPC debe apelar al pactismo solo con los movimientos y liderazgos capaces de comprender su idioma ecuménico sin dinamitar los principios del Partido. Lanzar a la arena electoral como hijos predilectos a liberales radicales que tienen más en común con los caviares o arribistas cripto-progres que demuestran una profunda ignorancia de los principios de la DSI, es un grave error, un crimen contra natura. Apoyar a los quintacolumnistas que radicalizan el discurso por puro interés individual es clavarse la daga en el vientre, un seppuku del sentido común. No, no podemos pactar con el error. Pactar nunca equivale a suicidarse.
La mejor candidatura para el PPC es la que encarna los principios auténticos del movimiento, no el licor bamba de la prepotencia filo-izquierdista. Santos es el mejor candidato. Ha demostrado eficiencia y honradez, manejo del tiempo y capacidad de liderazgo. Además, es capaz de pactar respetando la doctrina socialcristiana. Por último, Santos tiene obra. Los falsos profetas de la tecnocracia filo-caviar muestran, en cambio, sus títulos ridículos y pura asesoría de tafetán. Si quieres política, prepárate para la política. Si te metiste de soldado, ahora tienes que aprender.