Panorama Latino presente en la más grande manifestación de la historia de Francia
(Paul Monzón, desde París).- París es hoy en día una ciudad-bunker. Miles de policías y agentes de paisano; militares, francotiradores y perros policías la protegen. Eso se nota nada más arribar al Aeropuerto Internacional de Orly el cual se encuentra fuertemente custodiado.
Ayer domingo, jornada en la cual se celebró la manifestación oficial en repulsa al atentado terrorista del pasado 7 de enero en la cual unos encapuchados al grito de «Ala es grande!» irrumpieron en la redacción del semanario satírico «Charlie Hebdo» y asesinaron (podríamos decir «ejecutaron») a doce personas entre las que se contaban periodistas, caricaturistas y empleados.
A mediodía una marea humana ya se dirigía hacia la Plaza de la República lugar desde la cual partiría la gran manifestación la cual se calcula congregó a un millón y medio de personas de toda raza y religión. Incluso gente venida de otras ciudades y países con el único propósito de sumarse a esta multitudinaria condena contra el terrorismo…venga de donde venga. Nadie quiso asociarlo a alguna religión en especial.
A las 13:30 la Plaza de la República en la cual se encuentra enclavado el principal monumento a la nación y es representado por la figura de Marianne quien encarna la República Francesa y representa asimismo los valores del país y de los francess: «Libertad, igualdad, fraternidad». Marianne es la representación simbólica de la madre patria.
Decenas de cadenas de televisión de todo el mundo montaron sus platós al costado de la plaza desde la cual emitían conexiones en directo, a su vez cientos de periodistas y fotógrafos buscaban la mejor posición para no perderse detalle alguno de la que fue la más multitudinaria manifestación celebrada en Francia, catalogada a su vez de histórica por lo que representa: nunca antes había ocurrido un atentado terrorista de estas características, ni más aún con la brutal crueldad con la cual fue perpetrado.
Un millón y medio de asistentes
Hay que recalcar que la cifra oficial final de muertos ascendió a 17 tras la muerte de los dos terroristas.
La marabunta humana colapso todos los accesos a la Plaza de la República cuya manifestación dio el pistoletazo de salida sobre las 15:30 horas previo amago de lluvia y viento gélido.
Hasta que por fin se inició la marcha, o dos marchas, porque la escena de los presidentes cogidos de la mano o entrelazados como cabeza de la manifestación, nadie la vio. Fue algo rápido, como un flash. Para hacerse la foto y cumplir. Quizá por precaución debido a las alertas de nuevos ataques terroristas.
Pero allí estaba el presidente de España, Mariano Rajoy y decenas de líderes europeos encabezados por François Holland, Ángela Merkel, David Cameron, así como el presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita. Los mandatarios israelí Benjamin Netanyahu y el palestino Mahmud Abas, no faltaron a la cita y eso que no se hablan desde hace más de cuatro años.
Los líderes europeos, tomados del brazo, apenas recorrieron 200 metros de los 3,5 kilómetros que hay entre la Plaza de la Republica y la Plaza Nation, final de la marcha.
Durante la manifestación se podían divisar banderas de Francia, Israel, Palestina, Ucrania, Marruecos, España, y Líbano. Entre el gentío podía apreciarse de familias con sus hijos que enarbolaban pancartas y banderas con la sonada frase «Je suis Charlie» (Yo soy Charlie). Un globo gigantesco que acompañó a toda la marcha llevaba impreso el mismo eslogan.
La manifestación del pueblo en la cual los presidentes no se mezclaron estaba encabezada por familiares y allegados de las 17 víctimas que murieron en los ataques.
Para la foto, durante el breve tiempo que estuvo «expuesto» al gentío, Hollande abrazó uno por uno a los dirigentes extranjeros, a los familiares de las víctimas.
Tras recorrer el Boulevard Voltare la manifestación finalizó en la Plaza Nation con la entrada de la noche y con la entonación de «La Marsellesa» himno nacional de Francia. Las estrofas de la misma se pudieron escuchar durante toda la marcha en medio de aplausos y gritos de «Yo soy Charlie».
Un dispositivo de 5,500 policías y militares, metralleta en ristre, estaban desplegados en la capital y alrededores atentos y preparados a lo que pudiera ocurrir. (Texto y fotos: Pâul Monzón)