Overbooking de «Señores de los Milagros» en Madrid
Nadie en Lima vería con buenos ojos que, durante este mes morado, se realizaran cinco o seis procesiones del «Señor de los Milagros». Decía, nadie en su sano juicio lo vería con buenos ojos, pero podría ocurrir. Tampoco nada, ni nadie lo impediría. ¿O si?.
Pero esto es lo que sucede en Madrid, que, según las conveniencias de fulano o vengano, se han montado cinco o seis «Hermandades del Señor de los Milagros». Algunos dicen ser los legítimos, o pretenden serlo. Incluso hay algunas cofradías que se crearon con fieles «disidentes» de otras. Así las cosas.
Y bueno, ahora cada uno monta por separado sus propias procesiones.
He visto durante algunos años cómo las autoridades peruanas en España no les queda más remedio que multiplicarse para poder asistir a una que otra. Y eso para no quedar mal con ninguna de ellas. Ya se sabe que contra la Iglesia no se puede chocar, porque sino te salta al cuello alguno que otro iluminado que se cree el elegido del Señor. Esos acólitos que se golpean el pecho los domingos por la mañana, pero los viernes y sábados se van de juerga.
Por si alguien quiere saberlo, yo no me golpeo el pecho, pero sí me voy de juerga. Aunque, ahora con la crisis, muy poco.
¿Y por qué hay tantas «Hermandades»?. La pregunta del millón. Bueno, también hay vírgenes y santos…
Seguimos.
Estos días algunas hermandades -hinchadas de fe- pasean al «Cristo morado». Y claro, al son de los acordes y letra del tema «Señor de los milagros, aquí venimos en procesión…» las andas recorren Madrid, pero no sólo una vez, sino hasta cinco o seis.
El «Cristo morado», parece que está de «Gira», pero con distinto promotor. Y por ello su imagen es el reclamo principal en seis distritos de la capital de España. Y si a ello sumamos que nuestro «Señor Todopoderoso» se ha «salvado» de que lo «capturen» y lo tengan «retenido» en una iglesia del casco antiguo de Madrid donde «coleccionan» santos y vírgenes de varios países latinoamericanos, la «cosa» está como para rezar veinte Ave Marías y auto- flagelarse como en la película «El Nombre de la Rosa» para no ser castigado.
Imagino que a estas horas, si el «Cristo Morado» pudiera decir algo, quizá expresaría su tremendo cabreo y cansancio por ser paseado por todas las callejuelas de Madrid por unas hermandades que en vez de estar unidas en la fe, que es lo que manda la Santa iglesia y el sentido común, optan por ir cada una a su bola.
No recuerdo bien, pero hace un par de años, las Hermandades se unieron, o eso es lo que nos dieron a entender. Hoy, según el comunicado del Consulado del Perú en Madrid, que se envía a miles de peruanos residentes en la capital de España, pude leer: «Procesión del Señor de los Milagros en…»; y luego, «Otra en…» Ya no quise leer más…
Por lo visto, nada ha cambiado.