Published On: Dom, Mar 9th, 2014

Luis Angel Goicochea: «El Demonio amarillo»

luisnagelgoicochea

Cuento:»El Demonio amarillo» Autor: Luis Angel Goicochea, periodista y estudiante de economía. Ejerce el periodismo desde 1990, fue  narrador de noticias de RBCTV, MONITOR TV CABLE, CANAL 7, CPN radio, GLOBALTV

.-Pedro Chauca saldaña era un hombre de 23 años, salió de su casa en la calle Daniel Carrión camino a la bodega de doña María en la otra cuadra a comprar unos condimentos que le encargó su madre para el almuerzo, eran las 11 de la mañana, pasó por el callejón donde vivía el flaco Kike, luego por la casa de don Juan Navarro y cruzó la acera se dio cuenta que estaba sólo en la calle en una mañana de invierno, pasó por la casa de los Marroquín y luego por la bodega de don Ángel, una vieja bodega que en sus buenos tiempos fue la mejor, ahora venida a menos por el tiempo y la falta de dinero, no había más que botellas vacías en los andamios de madera, caminó y llegó a su destino, estaba doña María barriendo su tienda con un pañuelo en la cabeza, pasó y le pidió los condimentos, apenas recibió el encargo salió de inmediato de regreso a su casa.

Tomó la misma ruta cuando de pronto se quedó impávido por los recuerdos que siempre lo atacaban a cualquier hora se quedó mirando un montón de basura en un rincón con los papeles que iban y venían por el viento, se miró a sí mismo y se vio de lo más pobre con unas sandalias celestes desgastadas por el tiempo y un pantalón de corduroy  viejo con las rodillas descoloridas y un polo blanco con rayas verdes, para quitarse esos pensamientos de pobreza cruzó la acera  caminó raudo hacia su casa.

Ya en casa su madre le reprochó una vez más porqué se había quedado prendado de esa mujerzuela, pedro sólo la miró e ingresó a su habitación a un costado del comedor –deberías presentarte a esa plaza en el banco de la nación- le gritó su madre desde la cocina, sentado en su cama lo decidió, se presentaría a ese puesto y lo hizo, preparó sus papeles, desempolvó el título de economista que obtuvo en una universidad de Lima y fue a inscribirse, el día del examen estaba ansioso pero logró aprobarlo, cuando escuchó los resultados por radio “el puerto”, lo daban como ganador de dicha elección con la alegría salió a departir un rato con sus amigos, los de siempre, el flaco Kike, el cachetón rosas, Henry y el arquitecto chatarra, tomaron hasta decir basta se bebieron caja y media de cerveza y luego se tiró a dormir.

Al día siguiente con la resaca tenía que preparar todo para el lunes y el tiempo era corto porque se había levantado a las dos de la tarde, se apuró planchó su terno y la única camisa que le quedaba, alistó sus papeles. Cuando llegó el día fue hasta el banco de la nación, el puesto era para auxiliar de contabilidad lo recibió Floiro Tarazona un tipo seco y duro para tratar tiró sus papeles a un costado del escritorio y le dijo que sería su auxiliar-así que más vale que sobre a que falte- no era una frase alentadora para empezar, pero el asunto es que ya tenía trabajo después de seis meses, apenas se sentó en el escritorio apareció ella, la mujer que lo había enloquecido desde hace buen tiempo, Carola Arquino, una yegua de metro setenta que tenía todo bien puesto en su lugar, todas las miradas se dirigieron a ella cuando ingresó pero fue directo al escritorio de pedro –hola- le dijo – he venido a felicitarte por tu nuevo trabajo-

Puedes salir?-le preguntó y era la hora del almuerzo –claro! le respondió en el acto-lo agarró del brazo y salieron, era la avenida 28 de julio, la única que había con ese título en Pacasmayo, sabes le dijo te tengo una sorpresa- ¿cuál? Preguntó él- sólo camina- así que caminaron directo al malecón y antes de llegar voltearon a la izquierda en una callecita que conducía a la comisaría pero antes había un motel de mala muerte, era una casona de madera con un pasadizo con las habitaciones en los costados, se llamaba “el misti” ingresaron allí, ella ya había preparado un cuarto para los dos, apenas ingresaron ella lo tomó y le hizo el amor con su sexo desaforado mientras ella gritaba de placer como si la estuvieran matando, sus gritos se oían en todo el barrio a la una de la tarde cuando la gente almorzaba.

Pedro estaba rojo de la vergüenza, pero no le interesó siguió hasta calmar el último de sus aullidos, para eso pedro había aprendido todas las mañas del sexo de ella misma, y sólo lo ponía en práctica. Eran la una y 45, Carola salió fresca y sin un rasgo de pena en su rostro por los mirones mientras que él estaba rojo de la vergüenza pero satisfecho, lo acompañó hasta la puerta del banco-vengo por ti a las cinco-le dijo, pedro ingresó y se sentó en su escritorio bajo la atenta mirada de floiro Tarazona que lo veía a través de las persianas de su oficina, floiro era el gerente del banco y mantenía a su gente con un rigor de soldado, pero lo había impresionado Carola desde que ingresó por la puerta.

Eran las cinco de la tarde y todos empezaron a retirarse de la oficina, floiro le dio las llaves y le dijo que cerrara y se quedó solo, a las cinco y cinco apareció ella y con una disposición de que venía por más, lo agarró de la corbata y lo metió a la oficina de floiro, tiró todo lo que había en el escritorio y se abrió de piernas- házmelo aquí- le dijo y sin más ni más empezó todo de nuevo mientras la tenía de espaldas contra el escritorio ella empezó con sus alaridos de perra aullando, gritó tanto que ni los vidrios de las ventanas los apagaban, todo se escuchó en el edificio y las casas contiguas, después de media hora de sexo se calmaron, ella se quedó tirada en el escritorio mientras que él se arreglaba los pantalones.

Carola era blanca como la leche y su color hacia juego con cualquier humano que se le presentara. Salieron juntos, como siempre ella muy fresca y él avergonzado por los vecinos que no calmaron su curiosidad hasta ver a la mujer responsable de tal escándalo. Caminaron juntos hasta la calle Daniel Carrión, ella lo llevaba del brazo Pedro no sabía que hacer porque ya estaban cerca de su casa, pero estaba cerrada respiró tranquilo y continuó con ella hasta el bar de Alejo, una fonda de barrio donde todo el mundo se iba a celebrar o a borrar penas, se sentaron y ella pidió un sudado de tramboyo, P

edro pidió lo mismo, pero antes tomaron dos cervezas, ella le dijo que había alquilado un cuarto en la calle Ancash muy cerca a su casa y él le dijo- y tu trabajo en el congreso-Carola respondió que había pedido vacaciones. Carola Arquino, era secretaria en el congreso de la república en realidad muy buena trabajadora pero eso no se condecía con su reputación pues había barrido con cuanto hombre se le cruzó en el camino: congresistas, asesores, secretarios y hasta con mozos del cafetín, su fama era de una tumba hombres, asunto que el pobre Pedro ignoraba. Se conocieron en Lima cuando ella iba a la caza de universitarios en la puerta de la universidad donde Pedro estudiaba, en una de las tantas veladas por aniversario de la facultad, desde allí comenzó el martirio de Pedro, cuando ya estaba por recibirse porque el sexo era su bebida y alimento de la yegua y lo hacían en los lugares menos pensados, una vez en una de las tantas fiestas de la facultad ella lo llevó a uno de los salones que obviamente estaba vacío y una carpeta bastó para satisfacerse ambos, porque sus gritos de perra aulladora nadie los escuchó por el tolondrón que se había armado en el patio, al terminar la cosa no quedó allí, pues durante el baile le vino un nuevo antojo a Carola, ella lo tomó de la mano y lo sacó de la fiesta y lo llevó hasta los jardines que daban para la avenida Arequipa se tiraron en el grass y lo volvieron a hacer él estaba precavido por la gente que pasaba pero ella le quitó la precaución de un solo tirón así que terminaron, la gente que escuchó los gritos de ella se miraban unas a otras como preguntándose de dónde venían esos ruidos, pero lo crecido de la hierba fue su mejor cómplice. Fue la última vez que se vieron en lima pues Pedro tenía que volver a Pacasmayo, se había comprometido así mismo desenvolver su carrera en su tierra.

Carola y Pedro se levantaron de sus asientos en el bar y caminaron rumbo a su cuarto él estaba exhausto pero ella fresca como una lechuga más la cerveza que la puso más arisca, abrió la puerta de su cuarto y lo jaló de la corbata y volvió a darle otra lección de insaciabilidad, cuando se dio cuenta ya eran las 11 de la noche y se incorporó apurado se puso la ropa al instante se despidió de ella con un beso y salió disparado de la habitación.

Al llegar a su casa su madre estaba en la puerta y le dijo- vienes de estar con esa puta de mierda, mírate le dijo ya ni culo tienes-no madre es el trabajo- le respondió –ya carajo pasa y báñate, no quiero que contagies la casa con el olor de esa ramera-Doña María Paz Saldaña tenía 50 años de edad recién cumplidos pero había llevado la crianza de Pedro como en un cuartel pues era su hijo menor después de 10 partos en su vida, se casó con Julio Chauca Alcántara a los 18 años cuando se escaparon juntos de San Pablo de Cajamarca a Chilete, una noche cuando Julio puso una escalera en los balcones de María Paz, pensaron que nadie los veía pero su hermano menor José estaba mirando con un ojo por la rendija de la puerta y escuchó todo lo que hablaban en voz baja, al día siguiente el padre de María Paz, don Lucas Saldaña agarró su caballo y bajó desde las alturas de San Pablo a Chilete en busca de su hija y muy bien informado por su hijo José, Chilete es un pueblo pequeño al borde de un río del mismo nombre, Don Lucas los encontró a ambos en un restaurant cuando almorzaban, don Lucas bajó de su caballo y fue directo a la mesa donde ambos estaban, puso su sombrero encima de la mesa y se sentó, -bueno y ahora- dijo sin mirarlos, Julio con voz firme le dijo, -hoy a las cinco nos casamos don Luquitas- Lucas Saldaña miró a su hija y esta le respondió-si papacito todo ya está arreglado- haber quiero ver eso- dijo Lucas y así almorzaron juntos.

Julio Chauca, era un hombre muy trabajador dedicado al comercio andaba por toda la región vendiendo todo lo que le cayera en las manos, era un hombre de carácter, colorado de cejas pobladas, enamoró a María Paz en una de sus tantas visitas a San Pablo, vendía telas, en unas de esas se encontró con María Paz con sus florecientes 18 años y le ofreció –señorita compre esta tela para un vestidito, mire que lindo le queda-le puso la tela en su hombro-bueno le dijo voy a preguntarle a mi papá, caminaron una cuadra y llegaron a la inmensa bodega de don Lucas donde se encontraba de todo desde una aguja hasta carne de res, pasando por embutidos, aceite, menestras, y hasta medicamentos, Julio chauca se refrescaba con una bebida gaseosa mientras decidían lo que iban a comprar –bueno-dijo don Lucas- llevo esto y esto dos metros de cada uno-Julio sacó su tijera que siempre llevaba en el bolsillo y cortó las telas,-señor Saldaña, para usted son tres soles con cincuenta- Don Lucas le pagó con un billete de veinte soles-uy!, señor Saldaña no tengo nada de sencillo- Pacita saca sencillo del baúl-María Paz fue corriendo hasta el depósito dónde guardaban el baúl repleto de dinero, cuando María Paz abrió el baúl los billetes caían por los costados, retiró los cinco soles recogió los billetes caídos y cerró el baúl, le pagaron a Julio y este se fue con la promesa de volver con otra mercancía, fue el primer contacto entre la pareja que tiempo después se escaparía por el balcón de la casa. En Chilete se casaron a las cinco de la tarde del día en que Don Lucas los encontró, dos personas del lugar que no conocían les sirvieron de testigos y así empezaron una vida juntos Don Lucas regresó a San Pablo con esta novedad a su esposa quien lloró desconsolada, pero al final se hizo a la idea de que su hija debía hacer su vida. Al poco tiempo María Paz dio a luz un varón, al que su padre excéntrico él, le quiso poner Wilder Adolfo Hitler, el registrador de la municipalidad lo quedó mirando y le dijo- dejémonos de cojudeces, póngale otro nombre a su hijo caramba, Adolfo Hitler!, tonterías-dijo el registrador, – se llamará arcadio, Wilder arcadio-respondió julio, -bueno está bien- contestó el registrador  y así se llama su primogénito Wilder arcadio chauca Saldaña.

María Paz había conocido a Carola porque cuando ésta llegó de Lima en busca de su hombre dio con la casa  y toco la puerta, la madre de Pedro le abrió y le dijo –si- buenas tardes replicó de inmediato –soy Carola- enamorada de Pedro vengo de Lima, doña María Paz era capaz de conocer a la gente con sólo mirarla, don que había heredado de su madre Doña Nícida Hernández, sin quitarle la vista de su mirada de leona en celo María Paz mando llamar a su hijo, Pedro estaba bebiendo cerveza en el bar de alejo con coco, el flaco Kike y el cachetón Rosas hasta que el gallo Omar le avisó que lo estaban buscando, tomó su último vaso de cerveza y se dirigió a casa, al llegar grande fue su sorpresa al ver a la mujer que le había removido hasta los tuétanos sentada en el sillón de su sala, ella lo miró se le acercó y tras un fuerte abrazo lo besó –hola- le dijo-no te alegras de verme-sí dijo él, pero cómo diste con la casa- pues preguntando-bueno le dijo daremos un paseo por Pacasmayo- lo que tú digas increpó ella-dejó la maleta que llevaba y salieron a pasear. Doña María Paz se quedó a solas con su hija Amparo- es una puta- le dijo pero como puedes decir eso si ni la conoces- respondió Amparo, ah a mí no me engañan es una tremenda yegua y de las peores replicó Doña María Paz  y se fue a su cocina.

Pedro estaba flaco, por las noches de insomnio que venía sufriendo, pensando en la mujer que deseaba y en el trabajo pues no había señal sobre ocupar un cargo en alguna empresa, pero cuando la vio le volvió el alma al cuerpo, estaba feliz y para celebrar el encuentro ambos fueron al hostal” misti” donde dieron rienda suelta a sus instintos durante toda la noche, fue la primera vez que ese barrio no durmió tranquilo por los gritos de Carola. Al día siguiente llegaron muy campantes a casa, su madre lo miró y les dijo que tomen asiento para servir el desayuno. Hicieron lo propio en la inmensa mesa roja cuadrada que ya llevaba en la familia más de treinta años, los asientos eran de paja forrados por enésima vez por don julio chauca, el papá que andaba sus propios trajines con su camión, doña María Paz había preparado las deliciosas empanadas de dulce que le salían muy bien y lo sirvió con dos tazones de leche con cocoa, eran la delicia para Pedro, Carola lo degustó y no dejó ninguna empanada. Esa fue la entrada de Carola a la casa y sería la última también.

Ya en la oficina del banco, floiro lo abordó y le preguntó por ella –quien es esa yegua que vino a verte el otro día-Pedro, le respondió-se llama Carola y no es ninguna yegua, es mi novia-floiro ni se inmutó con la respuesta de Pedro y le dijo –esta buena-prepárate porque hoy salimos a chupar después de la chamba-replicó floiro y se fue a su oficina efectivamente se reunieron Pedro, floiro y el gordo Edgar Roca, todos de la oficina  salieron rumbo al bar de Alejo, ya en el lugar comieron un sudado entre los tres y luego vino el desbande con la cerveza conversaban de mujeres y el trabajo y a la hora estaban ebrios, fue cuando floiro Tarazona en un arranque de deslucidez confesó su plan –voy a asaltar el banco-dijo, por supuesto que nadie le creyó,-es verdad- replicó con fuerza son 20 millones de soles, son los ahorros de los agricultores del valle de jequetepeque, sólo falta limpiar algunos documentos y me largo –y tú me vas a ayudar –gritó, señalando con el índice al gordo Edgar, -no te preocupes que todo está calculado-respondió el gordo, Pedro estaba absorto con lo que había escuchado, pero igual era asunto de borrachos, pensó. A la hora y media de empezar a beber apareció en la puerta del bar Carola se acercó a la mesa y jalando del brazo a Pedro dijo-disculpen señores pero tengo que llevarme a este amigo-Pedro no hizo otra cosa que pagar por su consumo y se retiró, Carola estaba molesta porque pasó por el banco y no lo encontró, él le explicó que sólo habían salido por un momento y se les había pasado el tiempo.

Después de eso, Pedro estaba preocupado por lo anunciado por floiro, pero igual debía seguir laborando, estaba bien delgado por el sexo desaforado al que era sometido por Carola y por las noches y tardes de juerga, parecía un muerto en vida, caminaba por la calle y lo que más odiaba eran los escupitajos de la gente a cualquier hora y momento, en realidad detestaba ese mal hábito, con el tiempo empezó a pensar que la gente escupía cada vez que él pasaba.

Una tarde pedro estaba muy concentrado en su cuarto, cuando de repente le entró un ataque de pánico caminaba de un lado a otro para calmar los nervios, abrió la cortina de su habitación salió corriendo por el comedor, llegó a la sala, pasó como una bala por lo que había sido la bodega de su casa abrió la puerta y de un tropezón cayó de cara en la vereda de su casa, sus amigos lo vieron desde la esquina y su madre salió a la puerta y le dijo –que te pasa!-y permaneció allí tirado sus amigos al ver que no reaccionaba se acercaron para levantarlo y lo hicieron, estaba ido y se había cagado en los pantalones su hermana mayor amparo salió y lo recibió, lo jaló de los brazos y lo hizo pasar lo llevó a la ducha le quitó la ropa y lo bañó, Pedro todavía no salía de su impavidez su madre volvió a preguntarle de un grito -que te ha pasado!- no madre me entró una desesperación y salí corriendo- respondió Pedro -. En que andarás pensando pues!- grito su madre, de la vergüenza Pedro no salió ese día de casa, eran los estragos de lo que en realidad le pasaba.

Un día llegó al trabajo y no encontró a floiro , nadie lo podía ubicar ni al gordo edgar, lo que pasaba es que ya habían dado el golpe, en las cuentas faltaban 20 millones de soles eso lo corroboraron un grupo de trabajadores que habían llegado de lima, buscaron entre los resúmenes contables y se dieron cuenta de la jugada; en realidad floiro y el gordo habían escapado con el botín de inmediato dieron cuenta a las autoridades de la gran estafa, a las dos semanas floiro fue detenido en la garita de peaje de limoncarro fue esposado y conducido en un patrullero, llevaba parte del dinero en un maletín; en Chimbote en una agencia de transporte también era detenido el gordo Edgar con la otra parte del dinero, la gran estafa duró poco ambos fueron a parar a la cárcel de san pedro de lloc, mientras se resolvía el juicio, la agencia del banco de la nación en Pacasmayo fue cerrada y todos los trabajadores expulsados, entre ellos Pedro. Sin trabajo de nuevo y sin nada que llevar a su casa pues la mayor parte de su sueldo se lo entregaba a su madre, cayó en una severa depresión andaba descuidado con la barba y el pelo desordenado y crecido, Carola ya había viajado a Lima con la promesa que volvería en cualquier momento. Andaba con unas sandalias desgastadas y un pantalón viejo con una mirada ida y su terror a los escupitajos se volvió más severo, hasta en su casa su hermana Mercedes no le daba cara y escupía cada vez que lo veía.

La pobreza había llegado a su casa, su padre perdió el camión en un accidente de tránsito en el cerro cshilco, camino a Trujillo, un día viniendo de vagar por las calles se paró en la esquina de las calles silva santisteban y Daniel Carrión, desde allí divisó su casa, ya no era la misma, la quincha y el barro se veían como enormes telas de araña por todas las paredes, tomó un respiro y camino hacia su puerta, justo en la esquina antes de llegar a su casa se chocó con don Adin, un viejo bonachón dedicado a las artes de la brujería, Adin le dijo- hola hijito lindo mira nomás lo que te han hecho, ve a mi casa esta tarde para conversar- está bien don adin –le respondió casi con lágrimas en los ojos y se despidieron.

Sus amigos que estaban en la esquina lo recibieron con sendos escupitajos, sólo los miró y cada uno se separó, así que no le quedó otra cosa que ir a casa, ingresó y se metió a su habitación allí se quedó dormido y soñó, en su sueño se miraba en un espejo cuando de pronto algo Salió de su espalda era un ente nauseabundo de color amarillo como el oro, de su cuerpo salía halos de una frialdad que le calaba los huesos y su mirada aún más fría tenía la mitad del hombro y la cabeza como cortados por un escalpelo gigante y  su panza era como la de una cucaracha el sujeto lo agarró del cuello y no lo soltaba, fue cuando Pedro se levantó sudando frío miró el reloj y ya eran las tres de la tarde, se acordó de la reunión con don Adin y se incorporó de la cama y salió corriendo, su madre le gritó –no vas a almorzar!- -no ya vengo-  respondió mientras se ponía su polo, ya en la calle caminó raudo hasta el jirón Ayacucho, donde quedaba la casa del viejo, la puerta estaba abierta y entró, don Adín lo esperaba vestido todo de blanco, -siéntate- le dijo, en una mesa vieja con un mantel blanco, el viejo encendió unas velas negras y se concentró, pedro por un momento sintió que algo quería salir de su cuerpo, pero todo quedó allí , extasiado Adin le dijo- es muy fuerte lo que te han hecho y yo sólo no puedo resolverlo, tenemos que llamar a Filomena Íntera, ella es especialista en esto-  Filomena Íntera era una curandera muy famosa en la región y vivía en San Pablo de Cajamarca, en la tierra de sus padres, se dedicaba a curar todo tipo de enfermedades, atendió a doña Nícida Hernández, abuela de Pedro, le curó de un mal al pulmón que la aquejó durante años y que ningún médico pudo solucionar, también se dedicó al exorcismo, una vez le sacó el demonio a Delicia Saldaña que decayó en una actitud un poco demencial pues alucinaba cosas o veía gente dónde no lo había hasta que la pusieron en manos de doña Filomena Íntera y solucionó el problema.  El asunto es que ya tenía 87 años y no sabían si iba a resistir este trabajito. –yo le pago lo que sea pero tráigala- le dijo entre sollozos Pedro a don Adin – está bien hijito voy a traerla, pero todo tiene que ser el viernes con luna llena en la pampa- la pampa estaba en las afueras de Pacasmayo, era lo que quedaba de un viejo campo de aterrizaje, muy cerca a la playa. Pedro regresó a casa ansioso porque sólo faltaban tres días para eso, durante ese tiempo no comió, ni durmió estaba devastado y a la vez le mataba la curiosidad por saber lo que le sucedía.

Hasta que el día llegó, filomena íntera llegó en un viejo vagón que venía de Chilete sólo trajo consigo una maletita que se la entregó a don adín y fueron para su casa, Pedro ya estaba a las 11 de la noche en casa de don adín , filomena íntera era una anciana de mirada muy noble y se puso un pañuelo en la cabeza, sacó unas cruces, espadas y pomos  de su maleta y fueron camino a la pampa, ya en el lugar ingresaron a una vieja casona de madera que había servido de torre de control del viejo campo de aterrizaje.-esto es asunto de la cabra-dijo filomena, pedro sólo la miró mientras observaba los dibujos que hacía don adin en el piso de madera, encendieron 10 velas negras y puso las cruces en el suelo, -quítate la ropa- le dijo filomena a pedro, esto sin pensarlo empezó a quitarse la ropa-más rápido le grito- la curandera-porque la luna está en todo su esplendor-acentuó, le ordenaron que se eche boca arriba sobre los dibujos y filomena agarrándole la cabeza empezó con la sesión –maldito demonio amarillo te ordeno que salgas de este cuerpo-grito filomena –ahora!-pedro empezó a convulsionar y a botar una baba amarilla por la boca –por todos los santos te lo ordeno!-volvió a gritar –devuélveme a este hombre-dijo, cuando de pronto un cuerpo amarillo como el oro empezó a salir de la humanidad de pedro, era el mismo de su sueño, pero esta vez con signos de agresividad – vamos sal ahora!-, mientras adin oraba con biblia en mano a los pies de pedro absorto por lo que veía y balbuceando pasajes de los salmos, hasta que el ente salió revolcándose en una masa amarilla y gritando, filomena le puso la espada en la frente y el ente se derritió como mantequilla en la sartén dejando una masa amarilla en el piso, filomena sudaba y estaba cansada y se sentó en el piso tosiendo, de pronto se abrió la puerta de la vieja casona y era ella Carola por el contraluz de la luna sólo veían su silueta y cuando ingresó estaba vieja muy vieja con manos y patas de cabra y tenía una cola como de caballo-malditos bastardos grito-y filomena le arrojo un cuchillo y la maldijo, pedro, no creía lo que estaba viendo, la espada que arrojó filomena le cayó en el hombro a la cabra y esta salió corriendo en cuatro patas y se perdió en la pampa.

Culminada la sesión se alistaron y se fueron caminando hasta sus casas-pero cómo puede ser?-dijo pedro, filomena le dijo-esta maldita cabra tiene muchos años quizás siglos agarrando hombres y con su sexo los envuelve y le quita los años, para su beneficio, finalmente los convierte en entes como el que ha salido de ti-Pedro entró en su casa y su madre sin pensarlo lo abrazó así como sus hermanas –ve a descansar que mañana es otro día- le dijo maría paz.

Pedro se fue y se tiró en la cama, su madre vino lo arropó y le dijo-duerme mi niño, que ya todo acabó-, él durmió como un bebé y se levantó con la noticia de una carta que lo designaba gerente del banco de la nación de la nueva oficina de Pacasmayo, él estaba relajado y fresco y así empezó una nueva vida. Pero Pedro debía viajar a lima para arreglar el papeleo de su título en la universidad, así que emprendió viaje. Ya en Lima el bus pasó por el congreso de la república, Pedro sólo miró y se volteó como si nada le recordara aquel capitulo en su vida. Bajó en la estación y tomó el taxi a la universidad, bajó del taxi y se formó en la cola de atención, al rato alguien balbuceaba en su espalda miró sin pensar y era una mujer despampanante, de pelo rojo y blanca como la leche, –que calor hace no?- le dijo ella, luego de hacer el trámite te invito una gaseosa-le dijo Pedro, bueno dijo ella –acepto-y así empezó todo de nuevo..

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