La cabeza de un republicano
El 91% de los seguidores del hombre del peluquín es de raza blanca y su nivel educativo es muy bajo.
La semana pasada, Donald Trump pasó un mal momento. Con fines propagandísticos, estaba tratando de posar al lado de un águila calva, que es el emblema de los Estados Unidos. Sin embargo, aquella dio un salto y fue a posarse sobre su frondosa peluca amarilla. Tal vez, el ave creía que era un nido o quizás estaba curiosa por saber si, debajo de ella, el magnate de veras tenía una cabeza.
Sin embargo, no es ese el tema de este artículo. Lo que intentamos es más bien conocer cómo es la cabeza de los votantes de Donald Trump. El New York Times y la CBS acaban de publicar una encuesta que nos puede dar ese perfil.
De acuerdo con ese informe, el 91% de los seguidores del hombre del peluquín es de raza blanca y su nivel educativo es muy bajo. Eso nos hace preguntarnos si los republicanos creen que van a alcanzar la presidencia de la nación sin necesidad de las minorías de color o el los inmigrantes. Si ésa es su convicción, los resultados de su campaña pueden ser trágicos.
Las elecciones de las últimas décadas nos muestran que es casi imposible ganar la Casa Blanca sin el apoyo de las minorías. A pesar de ello, Trump no cesa de lanzar dicterios contra los que llama “mexicanos”. Su ignorancia de la geografía, es tanta que le hace pensar que todos los hombres del sur del Río Bravo -argentinos, chilenos, peruanos y un largo etcétera- son “mexicanos”.
Por cierto, hay que diferenciar a los “trumpistas” del resto de los republicanos, pero la separación es solo de grados. Según recuerda el diario español “El País” refiriéndose a una encuesta de la NBC, 8 de cada 10 trumpistas frente a 6 de cada 10 republicanos ortodoxos creen que los inmigrantes son una carga para los Estados Unidos.
De manera general, unos y otros creen que portar armas es un derecho irrenunciable y, que en ello, el estado no debe entrometerse. Señalan además que los afroamericanos son responsables de retrasar el desarrollo de los Estados Unidos. Por fin, no creen que haya cambio climático alguno y niegan que la acción depredadora de la industria tenga algo que ver con el derretimiento de los polos o la contaminación ambiental.
La mayoría de estos votantes no ha llegado a la universidad y apenas ha superado los grados iniciales de la secundaria. Debemos colegir que, por ello, son pobres y suponen que la culpa de ser perdedores no está en ellos sino en los inmigrantes que llegan para supuestamente quitarles los empleos.
Para nosotros, los peruanos, eso no es una novedad. La pobreza y la ignorancia también suelen crear grupos sociales de extrema derecha. Recuérdese por ejemplo que quienes llaman dictador al general Velasco Alvarado y quienes impugnan la reforma agraria que llevó a cabo, no son siempre los antiguos propietarios del agro sino personas que apenas tenían en su casa una maceta de tierra.
El candidato Kuczynski dijo alguna vez en Lima que los peruanos de la Sierra no podían pensar correctamente porque a sus cerebros les faltaba oxígeno. Como se ve, la ignorancia de esteseñor y tal vez la de sus seguidores produce un derechismo racista, achorado y brutal.
Por último, una de las más importantes características del votante trumpista es que no suele ir a la mesa de sufragio porque en los Estados Unidos eso es voluntario. Su nivel de participación electoral es bajo o nulo. O sea que el votante de Donald Trump no es un votante. Quizás la desbordante cabellera está tapando los ojos del magnate. Tal vez el picoteo del águila calva le ofrezca algo de sabiduría.