¿A qué aspira Dominicana?
Imagina que se te caduca el DNI/cédula. Imagina que te presentas en la instancia pertinente para tramitar uno nuevo. Imagina que el funcionario te dice que, a pesar de haber tenido el documento desde la edad legal permitida, no puedes obtener uno nuevo porque considera tus apellidos foráneos.
Imagina que recibes una oferta de trabajo fuera de tu país y vas a hacerte el pasaporte en tu ciudad. Llevas el documento acreditativo pertinente para tramitarlo, pero el funcionario no lo acepta porque tus apellidos son de origen extranjero. Te quedas sin pasaporte y sin posibilidad de ocupar tu nuevo puesto de trabajo.
Imagina que tienes que matricularte en la universidad y para ello necesitas tu DNI. Vas a pedirlo con un acta de nacimiento, pero el funcionario no quiere tramitarlo porque, a pesar de haber nacido en el país, tus abuelos eran extranjeros y considera tu acta de nacimiento inválida.
Imagina que tu país amenaza con deportarte a otro que nunca has pisado y del que no hablas ni la lengua, a ti y a toda tu familia hasta la cuarta generación, dejando tu casa, tus amigos, tu colegio, tu universidad, tu trabajo, tu pareja, tu restaurante favorito, a tu peluquera, esa tienda a la que te gustaba ir, y el único lugar que has conocido en toda tu vida.
Imagina que de la noche a la mañana tu Estado deja de reconocerte por ley, después de años de atropellos e irregularidades, y que institucionaliza a través del máximo tribunal del país la xenofobia y el histerismo fascista de una determinada parte de la sociedad.
Imagina que solo te queda reclamar a tribunales internacionales para recuperar tu nacionalidad y que tu militancia y protestas se llegan a tildar de “injerencia”, porque, al fin y al cabo, solo eres un extranjero.
Pues si fueras dominicano no tendrías que imaginarte nada de esto porque es una realidad. Por el hecho de tener ascendencia haitiana, muchos dominicanos se están quedando sin nacionalidad en un limbo jurídico sin precedentes y sin ninguna manera de reclamar a nivel nacional puesto que el Tribunal Constitucional ampara legalmente eldespojarlos de su ciudadanía desde septiembre de 2013 con carácter retroactivo. Esto los desprovee de todos su derechos como ciudadanos del país, los margina y los pone en el riesgo de ser expulsados como extranjeros hacia Haití, país que no tiene por qué reconocerlos como ciudadanos.
¿Por qué no se atajan las verdaderas amenazas externas en la República Dominicana en vez de asediar a los propios dominicanos? ¿Por qué el Gobierno dominicano no actúa con la misma presteza para paliar las inversiones abusivas, el turismo sexual o el detrimento de su cultura a favor de lo que se ve en el telecable?
Siento que si no alzo la voz ahora, bien me merecería el mismo trato que da mi país de origen a esos dominicanos algún día en Europa, donde vivo con una nacionalidad europea. ¡Ya basta de tanta ignominia, de presentarnos como una sociedad aberrante y racista antes los ojos de los demás! ¿A qué aspiramos? ¿En qué términos queremos ser tratados fuera? ¡YA BASTA! Son dominicanos, le pese a quien le pese.
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